Jueves, 31 de julio, en el Ateneo Andaluz «Arbonaida» de El Cuervo (Sevilla) del que soy y me siento uno más, hablaré del origen etimológico del Flamenco. En ese acto debería haber intervenido mi hermano, el Maestro Manolo Sanlúcar. Desgraciadamente, no podrá estar por cuestiones de salud. A él, dedicaré mis palabras.
Ese día, después de comer unas papas con chocos, mi hermano José Enrique nos fotografió juntos. Manolo Sanlúcar sostenía en sus manos «Arquitectura de lo Jondo», una emocionante conferencia de Federico García Lorca. Yo, «Orígenes de lo Flamenco y secreto del cante Jondo» de Blas Infante. Aquel día decidimos proponer que Flamenco se escribiera siempre con mayúscula, para distinguirlo del ave zancuda y del natural de Flandes.
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